ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista Espacios – Vol. 44, Nº 01, Año 2023
CUETO R.C. & GOMEZ J.M. «Tareas del orientador en el nivel educativo secundario venezolano y contexto
situacional actual»
profesional socialmente pensado desde hace nueve décadas. A pesar del tiempo, en Venezuela, la presencia del
orientador no se ha hecho sentir como se concebía en la década de los años 80-90, la preocupación por
garantizar al menos la presencia de un orientador profesional, en cada una de las instituciones educativas, por
diferentes razones se ha minimizado; igualmente, no se ha mantenido el seguimiento de la formación de ese
profesional tan importante en todos los medios donde hayan personas, en especial, en el educativo; toca a todos
los entes correspondientes formarlo y seguirlo en su desempeño con mucho celo.
Hoy más que nunca el país necesita al orientador profesional, docente, bien preparado, que en su desempeño
demuestre calidad. El profesional con cargo de orientador en el nivel secundario del Sistema Educativo
Venezolano, debe ser un docente, Licenciado en Educación, con mención en orientación, quien debe estar
preparado con las competencias requeridas para atender satisfactoriamente los retos postpandemia y los retos
que la presente década y las siguientes anuncian; por lo cual, centrar la atención en su formación y en las tareas
que desempeña, es una obligación en el marco de una cantidad abrumadora de variables intervinientes que
afectan directa e indirectamente su ejercicio como orientador, de las cuales por su extensión, solo se reseñaran
algunas.
En consecuencia a lo expuesto, para definir la formación y el desempeño del ejercicio de las funciones y tareas
de los orientadores, es necesario examinar el contexto social que lo circunscribe, tanto en el ámbito mundial,
como en lo que respecta al país, en su historia reciente y en lo actual; en razón a ello se debe tener presente, por
un lado, los efectos provocados por la crisis económica y socio-política que se vive en Venezuela desde
aproximadamente el año 2012-2013, momento de transición entre la enfermedad, muerte del Presidente Hugo
Chávez y la elección del Presidente Nicolás Maduro, repercusiones acentuadas a partir los años 2015-2017 como
derivación de la Orden Ejecutiva 13692, aplicada por el Presidente de los Estados Unidos para el momento el
señor Barah Obama y cuyos efectos están presentes; por otro lado, la situación de inestabilidad político-social y
económica a escala mundial, provocada por lo que se ha venido identificando como crisis civilizatoria, nuevo
orden mundial , reseteo (Estulin, 2014; Miklos, 2021; Vidal,2022), la cual ha escalado progresivamente desde
mediados del siglo pasado y se encuentra actualmente en su fase realista, avanzando rápidamente hacia su
concreción en la década del 2030.
Una situación inusual en este siglo, aun cuando se ha vivido en siglos anteriores, ha sido la pandemia COVID-19
y sus variantes, la cual indujo cambios en la vida de los humanos, hizo cambiar esquemas de normalidad que lo
guiaron hasta el 2020. Se impuso el aislamiento, la cuarentena, así como diferentes maneras de hacer y
comprender las cosas; transcurridos dos años, en el 2022, cuando de nuevo se abren las puertas y se sale del
confinamiento, el mundo se encuentra inmerso en una amenaza de guerra nuclear cuyos protagonistas visibles
son Rusia y Ucrania; los efectos de esta confrontación, se hacen sentir directamente en la Unión Europea, pero
irradia hacia todos los polos del hemisferio; crisis económica y financiera, inestabilidad bancaria, debilidad de
unas monedas y lucha por el fortalecimiento de otras; reducción al acceso del gas, el venidero y temido invierno
y la creciente demanda de leña como en tiempos lejanos ya; se suma la grave inseguridad alimentaria, padecida
según datos del Banco Mundial (2022) por un número impactante de 388 millones de personas, en 42 países
sufren grave inseguridad alimentaria, una cifra un 5 % más alta que en 2020.
Asimismo, se ha intensificado la migración, acción que se instala como una posibilidad en la mente sobre todo
de los más jóvenes, de tal manera que adultos jóvenes y otros muy jóvenes están recorriendo el mundo,
valorando donde establecerse; unos lo logran, otros se regresan a su lugar de origen y otros, quizás demasiados,
mueren en el intento; igual ha crecido la demanda para obtener protección y seguridad por parte de algún
gobierno que así lo facilite, generalmente por ser perseguido político; se busca igual aceptación en los países
que admiten inmigrantes por la vía del refugio y el asilo. Según los expertos (Correa, 2017) "con la migración
también es posible el tráfico de blancas, de órganos y de drogas".