ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea)
https://www.revistaespacios.com Pag. 77
Vol. 43 (04) 2022 • Art. 6
Recibido/Received: 21/03/2022 Aprobado/Approved: 05/04/2022 Publicado/Published: 15/04/2022
DOI: 10.48082/espacios-a22v43n04p06
Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19
Pedagogies of the re-existance of rural women in the Departament of Quindío (Colombia).
Culture and COVID-19
CARDONA, Leidy C.
1
QUINTANA, Leonardo I.
2
Resumen
El manuscrito tiene por objetivo describir desde las pedagogías de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia), las re-existencias culturales y su relación con la COVID-19. La
apuesta teórica se sustenta desde la Interculturalidad Crítica de Catherine Walsh. El método es
etnográfico, apoyado en técnicas como la observación participante, la entrevista y las expresiones
estético-artísticas. Los resultados propician escenarios para la apropiación social del conocimiento, a
partir de la co-construcción, sus grietas y siembras desde la acción colectiva.
Palabras clave: pedagogías; re-existencias; mujer rural; COVID-19
Abstract
The objective of the manuscript is to describe, from the pedagogies of rural women in the Department
of Quindío (Colombia), the cultural re-existence and its relationship with COVID-19. The theoretical
commitment is based on Catherine Walsh's Critical Interculturality. The method is ethnographic,
supported by techniques such as participant observation, interview and aesthetic-artistic expressions.
The results propitiate scenarios for the social appropriation of knowledge, from co-construction, its
cracks and seeds from collective action.
Key words: pedagogies; re-existance; rural women; COVID-19
1. Introducción
Según el informe de la Dirección de la Mujer Rural presentado en el año 2019, hay en Colombia cerca de 5,1
millones de mujeres que habitan las zonas rurales, cifra que equivale al 47,2% de la población. El censo
poblacional del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE, 2018), revela que en el Quindío
habitan 60.788 personas en el campo, lo que representa el 11,9% de la población del Departamento, precisando
1
Profesora Programa Trabajo Social, candidata a Dra en Doctorado Formación en Diversidad. Coordinadora del Observatorio Social Facultad de Ciencias
Humanas y Bellas Artes. Universidad del Quindío, Colombia. lccardona@uniquindio.edu.co
2
Director Programa Trabajo Social, Magister en Educación. Facultad de Ciencias Humanas y Bellas Artes. Universidad del Quindío, Colombia.
liquintana@uniquindio.edu.co
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 78
desde el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural que 46,3% son mujeres, tal como se muestra en el cuadro
1.
Cuadro 1
Proyección poblacional (DANE, 2018)
Mujeres 0-14
Mujeres 15-59
Mujeres +59
Cabecera
municipal
Centros
poblados y
rural
disperso
Cabecera
municipal
Centros
poblados y
rural
disperso
Cabecera
municipal
Centros
poblados y
rural
disperso
Quindío
41813
6559
158513
19743
47589
5436
Fuente: Serie municipal de población por edad, sexo y área
para el periodo 1985-2035 con base en el CNPV 2018.
Es importante mencionar que históricamente esta región ha tenido un rol protagónico en la producción
agropecuaria del país, resaltando el café como producto básico en la economía rural, en donde el medio natural,
los saberes históricos y la influencia económica lo ubican en el denominado Paisaje Cultural Cafetero (PCCC),
inscripción que hace la UNESCO en 2011 como patrimonio mundial. Frente a la economía cafetera, sostiene
Rodríguez (2017);
Se puede decir que la economía cafetera es un complejo sistema de relaciones de producción,
distribución, redistribución, comercialización y encadenamientos productivos que tienen en su
centro la caficultura. Cabe resaltar que la economía cafetera no solo es la producción de café,
sino que también es la interrelación entre actores, intereses, capitales y zonas geográficas
diversas y complejas, entorno a las cuales se constituyen campos económicos y sociales en un
territorio determinado. (Rodríguez, 2017 p.21).
Obedece a una construcción social que conjuga elementos naturales, económicos, históricos y culturales, como
también un esfuerzo familiar y de trabajo colectivo por parte de los caficultores, no obstante, es un territorio en
el que también se evidencian procesos de fragmentación social. El panorama actual del campo Quindiano sigue
siendo desalentador, con preocupantes cifras económicas que evidencian desigualdad, altas tasas de desempleo,
pobreza, falta de oportunidades, poca operatividad de las políticas estatales, violencias estructurales, resaltando
a su vez, que es una de las regiones con mayor recepción de población migrante. La Figura 1 da cuenta de la
estructura del mercado laboral para el año 2018, según un estudio realizado por el Observatorio Departamental
del Quindío.
Figura 1
Estructura del mercado laboral para el 2018
Fuente: GEIH-DANE Observatorio Departamental del Quindío
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 79
Se suma a este contexto el aumento de las brechas de género, el estudio explica que las mujeres continúan
presentando mayores tasas de desempleo en comparación con los hombres, tienen menor participación y en
general se evidencia una precarización de las condiciones de trabajo y de empleo. Según lo revela el DANE “El
desempleo de las mujeres entre enero y diciembre de 2020 fue de 20,4 %, mientras que en hombres fue de 12,7
%. Esto quiere decir que la tasa de desempleo en las mujeres en 2020 fue 60,6 % más alta que la de los hombres,
lo cual refleja un problema de inequidad y de brecha de género en el país. El desempleo femenino estuvo por
encima del promedio nacional, que fue del 15,9 %, cifra que aumentó por el impacto de la pandemia del
coronavirus y las medidas de aislamiento en la economía nacional”.
Estos datos resultan ser factores determinantes para comprender las dinámicas de lo rural; y en este escenario
el lugar de la mujer, dinámicas que reconfiguran el territorio, desde la producción, la distribución y la
comercialización del sector productivo hasta la estructura de la sociedad rural, la familia y la cultura.
Aunado a ello, es preciso mencionar que muchas mujeres víctimas del conflicto armado, de desplazamiento
forzado, madres cabeza de hogar, se han ubicado en el Departamento del Quindío, en terrenos adjudicados por
el Gobierno Nacional para emprender proyectos productivos, no obstante, las realidades que evidencia este tipo
de apuestas es distante, con terrenos que no se han parcelado de manera adecuada, insuficiencia de tierras para
cada familia, terrenos de conservación y no aptos para la explotación, situaciones que han sido denunciadas de
manera particular por las mujeres que habitan los municipios de Circasia, Calarcá y la cordillera Quindiana.
Aludiendo a cifras de la Unidad Productora Agrícola (UPA, 2016) el 78% de las mujeres tiene menos de 5 ha.
Según ONU Mujeres (2018) sólo el 13% de mujeres en el mundo son propietarias de tierras rurales, por su parte
la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, 2017), menciona cómo se
agudiza el trabajo no remunerado, las brechas históricas para el acceso al mundo laboral y la poca atención a la
economía del cuidado y de las actividades domésticas.
Se suma a este panorama que para el año 2016 fueron asesinadas 138 mujeres y 2.161 fueron víctimas de
violencia intrafamiliar en el área rural (Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, 2017). Los
feminicidios, la persecución de lideresas que defienden la tierra y los derechos, la constante violencia sexual y el
anclaje a modelos extractivistas que se ocupan del despojo de tierras y relegan su importancia para un país como
Colombia. Un informe publicado por INDEPAZ devela que en el año 2021, asesinaron 171 líderes y lideresas
sociales, defensoras de los Derechos Humanos de las cuales 27 eran mujeres, 4 de ellas firmantes del acuerdo
de paz, entre indígenas, afrodescendientes y campesinas que trabajan por la defensa del medioambiente y la
justicia social.
Si bien las mujeres rurales en Colombia han logrado importantes avances, insertándose en diversas dinámicas
productivas, procesos de asociatividad territorial, estableciendo redes de apoyo familiar, social, comunitario, es
evidente que aún no se logran condiciones de equidad, la situación de la mujer rural en el país sigue siendo
precaria, una pobreza multinivel que devela una economía del cuidado que continúa sin enunciarse. Aunque
existe una política pública de equidad de género 2015- 2025 en el Departamento del Quindío, la cual busca
“garantizar los derechos de las mujeres que habitan en el departamento de manera que se modifiquen de forma
progresiva y sostenible, las condiciones injustas y evitables de discriminación, subordinación y exclusión que
enfrentan las mujeres en los ámbitos blico y privado, promoviendo la igualdad real de oportunidades” (política
pública,p.16); es un escenario que requiere de acciones concretas y sostenibles en el tiempo.
Esta contextualización devela la necesidad de co-investigar en el marco de esos procesos de transición rural,
particularmente desde el lugar de la mujer, dando cuenta de procesos de resistencia y re-existencia que ellas
emprenden ante esas economías que no atienden a sus necesidades, sus experiencias, vivencias, las narrativas
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 80
desde la vida cotidiana, a su vez, identificando elementos emergentes en el marco de la COVID- 19, que ha traído
consigo un turismo en pausa, en la producción agrícola y comercial de sus productos; cambios en las condiciones
labores, la configuración de la familia, la educación, el bajo acceso a los procesos formativos por las brechas
digitales; además amenaza con profundizar las desigualdades sociales, aumentando la pobreza extrema, las
violencias, el miedo, las migraciones, situación que se agudiza en los territorios rurales. Sin duda alguna, la cultura
ha sido muy afectada en estos términos de aislamiento y confinamiento, se tiene hoy una cultura en cuarentena
o en post-cuarentena, que la investigación busca analizar a la luz de las narrativas de las mujeres rurales, desde
donde se dibujan nuevos escenarios para generar comprensiones en presente histórico sobre la cultura.
1.1. Marco teórico
Para la revisión de literatura se abordaron como categorías de análisis las resistencias y re-existencias culturales
de las mujeres rurales, en el ámbito nacional, internacional, regional y local, a su vez, se consultaron proyectos
de investigación y extensión que se han promovido desde la Universidad del Quindío y de estudios realizados en
el marco de la COVID-19 y la cultura; entre estos se relacionan artículos científicos, normatividad y censos
nacionales, a partir de un rastreo realizado en bases de datos especializadas, como Social Science Database
(ProQuest), EBSCO, Scopus, Science Direct, Dialnet, Web of Sicence, Scielo, Redalyc. Para la revisión y
organización de la información se realiza una matriz analítica preliminar, la cual permitió determinar las
tendencias frente al tema objeto de estudio respondiendo al ámbito contextual, socio-histórico, académico y
normativo.
Atendiendo los estudios frente a la mujer rural, las tendencias que emergen de esta revisión dan cuenta de su
rol en Colombia, Argentina y España, algunos de éstos enfocados al papel de la mujer en el hogar y a la
productividad de la misma; de igual forma, es importante mencionar que el rol de la mujer en la familia y la
cultura se ha caracterizado por mantener dinámicas complejas respecto al trabajo dentro de la producción de la
finca, la mujer es vista desde estereotipos sexuales que devienen de esa “zona de no ser” aludiendo a Fanón y
con dependencia económica bajo la presión simbólica masculina, además de los roles asignados por el género
como lo son el servicio al hombre, la alimentación, la producción, la reproducción, la protección, el cuidado de
hijos y la familia.
De igual manera, se encontraron investigaciones enfocadas a la mujer rural y sus formas de resistir y re-existir,
en Paraguay, Chile, México, Brasil y Colombia, que cuestionan el papel que ha asumido la mujer frente a las
luchas por su visibilización y su permanencia en el territorio. En algunos de estos estudios se evidencia que las
mujeres rurales se han organizado generando espacios de participación y diversas prácticas desde la educación
popular y los procesos de mingas políticas.
De esta manera, la investigación se circunscribe en las nuevas teorías críticas emergentes en América Latina, se
teje una conversación teórica con pensadoras y pensadores que ya avistaban el sur, desmontando la jerarquía
patriarcal; en la que advierte (Segato, 2016) el proceso histórico de la masculinidad es el ADN del Estado y su
genealogía masculina se revela cotidianamente”. (p.94)
La línea teórica corresponde a la intercultural crítica, la cual surge en un espacio social e histórico en la década
de los noventa, que se ha enmarcado en la promoción de relaciones de distintos grupos culturales, el
reconocimiento y el ejercicio político de los sujetos en el intercambio de conocimientos, saberes y tradiciones en
el fortalecimiento de capacidades en una relación recíproca y respetuosa por las diferencias. Esta línea reconoce
las luchas de los sujetos silenciados preocupándose por el ser, el saber, la insurgencia y la oposición, en ese
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 81
sentido las mujeres rurales son un elemento clave como expresión de re-existencia en estos espacios de
invisibilización y búsqueda de justicia social.
La interculturalidad crítica, en palabras de Walsh (2010), es entendida como una unidad de diversidad, que
reconoce todos los procesos culturales de los diferentes grupos como intercambio o interacción entre los sujetos,
que busca superar la exclusión y el rechazo al otro en la invisibilidad de la otredad, a partir de una construcción
de y desde las personas que han sufrido un histórico sometimiento y subalternización en búsqueda de otras
sociedades posibles. No es un proceso, o un proyecto étnico, ni tampoco un proyecto de la diferencia en sí, es
un proyecto que apunta a la re-existencia y a la vida misma, hacia un imaginario del otro y la convivencia del vivir
con y en sociedad. Es en esta perspectiva, la interculturalidad crítica, la que permite resaltar la manera de re-
existir, re-vivir y agrietar en el tiempo como bien lo plantea la autora.
En este marco teórico se entretejen las pedagogías críticas latinoamericanas, que las aleja de ese campo
instrumental, para encontrar lugar en una praxis transformadora a partir de la lectura de los contextos, desde el
reconocimiento del otro y de lo otro, en ese pensamiento pedagógico contrahegemónico que nombra las luchas
de los movimientos populares, de las organizaciones sociales que las líneas abisales oculta.
Las pedagogías desde Walsh se comprenden más allá de un sistema educativo, para desplazar el poder de la
colonialidad, con gritos de rebeldía, con gritos frente al sistema, “frente a la desesperanza que desespera”
(Walsh, 2017, pág. 11) esta intelectual militante habla de luchas, justicias, resistencias, se aventura a pensar en
las grietas como “formas de pensar por fuera del universo, de la totalidad, donde nacen las esperanzas pequeñas
como emergencias” (Ibídem). A pesar de, con el Sarinagara sin embargo, los tonos poéticos de las grietas que
nombra son consecuencia de la resistencia e insurgencia; que ponen de manifiesto la nacesidad de hacer grietas.
En la Figura 2, se pueden ver los ejes centrales que se exponen.
Figura 2
Entretejiendo lo pedagógico y lo decolonial: luchas, caminos y
siembras de reflexión-acción para resistir, (re)existir y (re)vivir
Fuente: Elaboración propia a partir del libro
“Entretejiendo lo pedagógico y lo decolonial”. Cardona, 2020
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 82
Navegar por estas líneas es comprender las pedagogías como posibilidad, en un enlace entre lo pedagógico y lo
decolonial, desde lo cual la autora sugiere “rajaduras y rupturas” contra los sistemas de dominación gestados
desde el llamado “proyecto civilizatorio”, por los despojos desde la colonialidad, que han silenciado, asesinado
los saberes, sometido a los pueblos; porque las pedagogías del poder lo que han buscado siempre es
desaparecer; por ello el desafío es hacer fisuras a esos sistemas.
Son pedagogías para tejer caminos con los movimientos sociales, para cambiar el orden hegemónico y construir
pedagogías decoloniales y una praxis para la transformación social. Su aporte es de suma importancia para
pensar en pedagogías otras, que la autora trenza por fuera del sistema instrumentalista, de escolarización y
transmisión; y las vincula a las luchas sociales, políticas, a los procesos de liberación; como forma de desafiar la
racionalidad moderna; “Pedagogías que incitan posibilidades de estar, ser, sentir, existir, hacer, pensar, mirar,
escuchar y saber de otro modo; pedagogías enrumbadas hacia y ancladas en procesos y proyectos de carácter,
horizonte e intento decolonial” (Walsh, 2017, pág. 20)
Las pedagogías decoloniales, según lo expone Walsh, preguntan, siembran vida, provocan y hacen caminar, en
contracorriente con el capitalismo global, que relacionan las rebeldías con tonos lingüísticos como
desobediencia, insurgencia, resistencia, ruptura, transgresión, cimarronaje, y las utopías como “luz y libertad en
medio de las tinieblas”, “la idea del renacer es así un componente central de la tenacidad rebelde y decolonial,
para un bien colectivo” (Walsh, 2017, p.24).
En ese devenir colectivo, en la praxis como lucha, las mujeres rurales tejen las pedagogías de las re-existencias
ante una pedagogía en palabras de Segato “patriarcal, de crueldad y de despojo”, avanzan hacia nuevos marcos
interpretativos de las realidades sociales para sembrar sociedades otras. Por lo anterior, el objetivo del
manuscrito es describir desde las pedagogías de las mujeres rurales en el Departamento del Quindío, las re-
existencias culturales y su relación con la COVID-19.
2. Metodología
El proceso metodológico parte de un enfoque cualitativo de corte transeccional, se privilegia el método
etnográfico participativo, en el cual “se involucra a miembros del grupo estudiado, quienes no sólo intervienen
como informantes sino que forman parte del equipo de investigación y desarrollan tareas de diseño, recopilación
de información y análisis, codo con codo con los investigadores externos: los informantes son investidos como
etnógrafos temporales”. (Cefkin 2010, p.10).
Se debe tener claro que se indaga el aspecto subjetivo de la realidad para descubrir las intersubjetividades que
lo hacen complejo y cambiante, proporcionando tal y como lo plantea Hernández Sampieri profundidad a los
datos, dispersión, riqueza interpretativa, contextualización del ambiente o entorno, detalles y experiencias
únicas (Hernández Sampieri; et.al. 2010; p.17). Entonces, más que la generalidad, se prefiere resaltar las
peculiaridades de la realidad de estas mujeres, expresadas en el sentido que tiene para los sujetos que la
conforman y la recrean en su vida cotidiana y a su vez se constituyen en marcas culturales que se expresan a
partir de sus realidades. Plantea De Sousa Santos (2018) que “la comprensión del mundo debe ser mucho más
amplia que la visión occidental” y que por tanto, deben existir formas plurales de conocimiento, se parte
entonces de reconocer a las mujeres rurales como personas sentipensantes que aportan significados y saberes,
desde Orlando Fals Borda lo sentipensante combina la razón y el amor, el cuerpo y el corazón, al respecto refiere
“el hombre Hicotea que sabe ser aguantador para enfrentar los reveses de la vida y poder superarlos, que en la
adversidad se encierra para volver luego a la existencia con la misma energía de antes”(Fals Borda, 2009, p.8)
Acercarse a la mujer desde sus experiencias, concepciones, narraciones y construcciones simbólicas, es una
forma de describir elementos culturales que emergen durante la pandemia de la COVID-19 y que suscita
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 83
escenarios de posibilidad de describir los retos impuestos a las mujeres en momentos de pandemia; pero más
aún si se relaciona con la realidad de lo rural, vista como una oportunidad de adentrase en el mundo cultural y
sus concepciones rurales en torno a lo vivido en la cuarentena.
2.1. Población y muestra
La población a la que se ha dirigido la investigación son mujeres rurales de algunos municipios del departamento
del Quindío, los criterios de selección de las mujeres se establecen por la identificación previa de asociaciones y
organizaciones, a su vez, por los proyectos de investigación y extensión que se han adelantado desde el Programa
Trabajo Social de la Universidad del Quindío, Colombia, entre ellos, el proyecto de regalías financiado por el
Ministerio de Ciencia y Tecnología ejecutado en el período 2015-2017 “Mejoramiento de los sistemas
productivos para la conservación y recuperación de los recursos naturales en Áreas Protegidas caso Distrito de
Conservación de Suelos Barbas Bremen”, el fortalecimiento organizacional de las asociaciones y cooperativas
productoras en los municipios en mención, el proyecto de liderazgo y asociatividad territorial ejecutado en el
año 2018 con mujeres rurales y sus familias, la consecución de proyectos de investigación sobre mujer cafetera
y en el marco de la mujer rural.
Las mujeres fueron contactadas a partir de los datos de trabajos previos de investigación realizados en la zona,
se realizó una observación participante y se da la generación de Rapport. En particular, se hizo un muestreo que
combina varias de las formas clasificadas por Hernández Sampieri; et al. (2010), a saber: la muestra en cadena,
que se refiere a la identificación de participantes clave, los cuales a su vez recomiendan otros que se contactan
y se agregan a la muestra (p.398) y la muestra variada que busca mostrar distintas perspectivas y representar la
complejidad del fenómeno estudiado, o bien, documentar diversidad para localizar diferencias y coincidencias,
patrones y particularidades (p.397).
Los criterios obedecen, por tanto, a tres cuestiones centrales, ser mujer rural, pertenecer a asociaciones u
organizaciones y estar ubicadas en la zona rural de los municipios que hacen parte del Departamento del Quindío.
2.2. Recolección y análisis de datos
Esta investigación contempla entre sus técnicas la observación participante, los diálogos de saberes y la creación
de diversos espacios de reflexión estético-artísticos con algunas mujeres rurales de los municipios de Córdoba,
Calarcá y Circasia en el Departamento del Quindío. Se utiliza la entrevista abierta.
La triangulación se realiza desde la etnografía por medio de la codificación abierta y cruzada, teniendo en cuenta
que “los datos se descomponen en partes discretas, se examinan minuciosamente y se comparan en busca de
similitudes y diferencias” (Strauss y Corbin, 2002, p.111). Desde un trabajo en el cual se ven reflejadas las
narrativas, la información y las unidades de sentido a partir de una matriz de análisis categorial, donde emergen
las tendencias de este proyecto mediante las narrativas de las mujeres rurales.
2.3. Aspectos éticos, bioéticos y de integridad científica
La investigación partió de la confiabialidad de los datos y de la participación voluntaria de las mujeres rurales de
distintos municipios del Departamento, se asumió desde principios rectores como la justicia, dignidad, libertad,
igualdad, respeto, solidaridad; el respeto por la vida y su integridad. La participación tuvo como punto de partida
la confianza, el entre nos, donde mujeres y académicos participaron de manera igualitaria.
Se consideraron los principios contenidos en la Declaración de Helsinki y el Código de Núremberg, enunciando la
ética como un elemento transversal inherente a los procesos investigativos construidos desde las Ciencias
Sociales.
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 84
Se garantizó total transparencia y cumplimiento de los principios rectores para el ejercicio investigativo, así como
el respeto, la empatía y claridad en la comunicación con la población que requirió el trabajo realizado en campo.
Se realizó el consentimiento informado en las distintas etapas de la investigación, protegiendo el derecho a la
confidencialidad e integridad personal.
Es importante mencionar que la coyuntura actual de pandemia exigió el cumplimiento de los protocolos de
bioseguridad establecidos en el Ministerio de Salud, y en particular, por la Universidad del Quindío. Por tanto, se
establecieron algunos encuentros con mediación tecnológica.
3. Resultados y discusión
3.1. Caminar las pedagogías de las re-existencias con las mujeres rurales
Este apartado da cuenta de los resultados que se han venido situando con las mujeres rurales del Departamento
del Quindío, en este proceso co-investigativo; recorridos que han permitido emprender una ruta de nuevas
experiencias, leer desde la cotidianeidad y develar el lugar de lo colectivo como escenario de emancipación y
liberación, que agrieta y rompe el sistema; así como reconocer los procesos pedagógicos y prácticas decoloniales
que emprenden, abordando lo rural como apropiación territorial, tejiendo vínculos organizativos, colectivos y
afectivos; en compañía del cuidado de la tierra como manifestación del habitar.
Es gracias a la etnografía, a esas metodologías tejidas desde la horizontalidad, la proximidad, el encuentro, la
experiencia estética participativa, que se hacen vivas las resistencias y elementos culturales de las mujeres
rurales, y su relación con la COVID-19 desde el lugar sensible, que conllevan a vivenciar su vida, dando paso a
quiebres y cuestionamientos personales del rol y el sentir de la mujer rural.
Por tanto, abordar las pedagogías de las re-existencias es reconocer el lugar de la praxis en esas etnografías de
la vida cotidiana, que tienen lugar en el cuerpo de las mujeres rurales. Entrama un mundo de significados en el
marco de esas pedagogías que expropian sus saberes, regulan su emancipación en un escenario de violencias
estructurales, en el que se instaura, desde (Segato, p.62 ) “la pedagogía de la crueldad como estrategia de
reproducción del sistema”.
Los saberes en lo rural son transmitidos y cuidados por las mujeres quienes se convierten en las guardianes del
conocimiento y se encargan de replicarlo en las generaciones, donde la tradición oral juega un papel protagónico.
Las mayoras narran como la vida cotidiana es la forma en la que las tradiciones construyen identidad, se
simbolizan y ritualizan a través de sus ancestros, creando en ellas y sus familias una interconexión profunda por
lo rural, como posibilidad de re-existir, y de existir, formas de vida que sustentan como legado, patrimonio y
tradición, que particularmente se dimensiona en el trascendental papel que juega el café, los paisajes y todo
aquello que lo rodea, así lo relata la P8:
Pues eso allá es como la herencia que me han dejado mis abuelos por decirlo así, ehh pues es que uno en
este mundo viene es como, ¿a qué? A administrar y a saber administrar bien, pero a lo que me
apasiona más que todo en el tema del café es la herencia, yo y también he escuchado por cuentos de
mi mamá, es que, digamos a mi mamá la paran por decirlo así y a mi familia a punta de vender café ¿por
qué nosotros no? ¿Por qué no podemos seguir lo mismo?, la misma tradición. (P8, Calarcá, 2021).
En este sentido, las mujeres se re-inventan en las luchas por mantener y no dejar morir las enseñanzas de los
antepasados, donde sus prácticas cotidianas develan lugares otros para re-existir, sembrando insurgencias a
partir de labrar la tierra, cosecharla, cuidarla y de resistir desde la enunciación de lo cotidiano (los oficios
domésticos, cocinar, barrer, lavar, servir la comida, atender los trabajadores, alimentar los animales, platear,
cuidar la familia) hasta el cosechar y diversificar la transformación y comercialización de sus productos, siendo
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 85
desde lo que plantean las mujeres “la primera que se levanta y la última que se acuesta”. Desde esas prácticas
cotidianas, narra una de ellas;
Pues cuando tengo trabajo alla en el lote me paro tipo cuatro de la mañana, me organizo, entro en la
cocina hago lo que tengo que hacer de comer y arranco a trabajar y trabajo hasta por ahí a las diez u
once de la mañana y ya vuelvo nuevamente y ya vengo acá y descanso un ratito y vuelvo otra vez a
trabajar […] Pues en este momento las principales labores es guadañar, abonar, estar al pendiente de
limpiar el aguacate, el plateo del aguacate y pues que no se me enmalece ya el cultivo y más pendiente
a la de yuca, a la mata de plátano (P3, Circasia, 2021).
Por tanto ese rol de ser mujer en lo rural se ha transformado, pasando de soplar la candela, de ser recolectora,
alimentadora, tablonera, ama de casa, al rol de productora, transformadora, comercializadora, educadora,
académica, artista, funciones que la posicionan como sujeto político; como mujer que entreteje cultura.
De esta manera, en el proceso investigativo se devela como las mujeres realizan procesos pedagógicos desde la
individualidad hasta lograr prácticas colectivas, como el continuar cocinando tradicionalmente en el fogón de
leña, el evitar el uso de productos químicos, el uso de semillas nativas, la promoción de las huertas caseras, la
participación en los mercados agroecológicos, el permitir el acercamiento a sus fincas de otras personas para
que se generen procesos de enseñanza y aprendizaje, permaneciendo en la finca y enseñando a quienes están a
su alrededor todas estas prácticas que potencian el ser rural. Desde Walsh “prácticas como pedagogías
metodologías de creación, invención, con-figuración y co-construcción -del qué hacer y cómo hacer- de luchas,
caminares y siembras dentro de las fisuras o grietas del sistema capitalista-moderno-colonial-antropocéntrico-
racista-heteropatriarcal” (Walsh, 2017, p.38-39).
Los procesos pedagógicos convergen en luchas cotidianas como acción colectiva que transitan hacia
movimientos de transformación cultural, creando nuevos marcos de interpretación de las realidades sociales, de
reconocimiento de las diferencias, de reflexividad y por tanto de significación colectiva. Pedagogías en
movimiento que se gestan desde la movilización conjunta del lugar de los excluidos y oprimidos, y las
experiencias sociales y luchas democráticas por la emancipación; por tanto, desde la emergencia de los
movimientos sociales de mujeres rurales se produce conocimiento, sus luchas, los procesos de formación, las
distintas formas de organización, y los saberes, se traducen desde (Hall 2014) en "agencia de resignificación".
Es en las luchas que vivencian las mujeres en el día a día, en donde se visibiliza el cuidado por los saberes y el
territorio, se encuentran plantas medicinales, ornamentales y sobre todo alimenticias, que enriquecen estos
saberes populares, llenos de tradición; y que las familias de las mujeres ejercen una labor en especial
contribuyendo al mantenimiento y sostenimiento de la finca; recalcando su amor por el medio ambiente y su
entorno.
A su vez, se da lugar a la importancia de la producción orgánica para su salud alimentaria, teniendo en cuenta
que grandes empresas productoras se han establecido en el territorio, generando procesos de
desterritorialización y despojo y contratando mano de obra barata, dando mal uso del suelo, además de
contaminar fuentes hídricas y arrasar con los recursos naturales. Entre otros, grandes proyectos agropecuarios
nacionales e internacionales, monocultivos agroindustriales, empresas turísticas, proyectos mineros e
hidroeléctricos, que desdibujan elementos identitarios, generando la segregación social del espacio, que en
palabras de (Harvey, 2012) “creando espacios geográficos desiguales”.
En medio de este contexto, las mujeres de distintos municipios que hacen parte del Departamento del Quindío,
tienen como utopía colectiva transmitir una conciencia del cuidado por su territorio; frente a ello y en los
recorridos del trabajo en campo, plantea una de las participantes;
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 86
Resistencia y lucha cotidiana, mi lucha cotidiana es sembrar, sembrar, sobrevivir tratar de salir adelante
con todas las cosas, conservar a la humanidad sí. […] mis procesos como resistencia, pero no mis procesos
son esos, tratar de llevar la vida lo más amigable posible con el medio ambiente con la comunidad, con
la gente de producir limpio, de procesar limpio, de transformar (P4, Córdoba, 2021)
De esta manera, el acto de sembrar es, en sí mismo, un acto insurgente que camina hacia la esperanza, y germina
desde los procesos organizativos y asociativos de las mujeres rurales, como forma de propiciar la integración
territorial para producir y proteger las economías locales. Las redes de apoyo sociales y comunitarias que surgen
desde las familias se edifican con base a relaciones de cooperación, corresponsabilidad, de vínculos comunitarios
que se traducen en economías solidarias y que aportan ampliamente a los procesos culturales.
Mi proyecto de vida incluye el trabajo asociativo, pues en eso yo estoy muy clara de que solito no se hace
nada, ni se llega a ningún lado y si se llega no se pasa tan bueno (risas), la asociatividad también es una
forma de hacer resistencia frente a esos modelos de desarrollo, la asociatividad es una forma de crecer
colectivamente; sí, yo si le creo a esas economías solidarias, entonces yo creo que esa es la función que
cumple la asociación en mi proyecto de vida, definitivamente está ahí. (P5 Córdoba, 2021).
Las mujeres se vinculan y organizan germinando luchas colectivas, desde sus saberes, sus sentires y sus
experiencias, por medio de asociaciones que les permiten participar en proyectos, formarse, tener beneficios
para sus fincas, avanzando hacia procesos de justicia social, además desarrollan diferentes iniciativas que se
enmarcan en sus ideales por la identidad y permanencia en el territorio en contra del sistema. Son entonces, las
organizaciones los bordes y los quiebres en que las mujeres transitan como alternativas de, con y para la vida, lo
que permite seguir agrietando ese sistema.
Son semillas de insurgencia que le apuestan desde lo rural para hacer vivas las memorias colectivas, desde sus
re-existencias y el vínculo desde cuerpo-mujer-tierra, esa tierra olvidada, deslenguada, que narra de manera
poética José Luis Pardo;
La tierra misma, ella, escribe, y describe deslenguada su lengua; su lenguaje es el paisaje; sus letras los muebles
e inmuebles que decoran y constituyen el espacio: montañas sobre una meseta, zapatos sobre una mesa, hilos
en un microscopio. La tierra se (d) escribe a sí misma en sus pliegues y repliegues (Pardo, 1991:61)
El cuerpo de la mujer desde sus grafías en la tierra, como maneras íntimas que están en sus genes, en su
expresión fenotípica, sus diversidades anatómicas, profundamente construidas desde su ancestralidad, en su
cuerpo encarnado. Escribir-se cómo texto, pintar-se cómo lienzo, inscribir-se en el lugar del habitar con sus
huellas como trasegar simbólico; mujer nombrada y que se nombra en sensibilidades propias y propicias, que
siente en la potencia del contacto corporal con el suelo que recorre como huella; maneras del andar del mundo
en la vida cotidiana; bios-vidas que se expresan política, ética, estéticamente, en clave de las tensiones de lo
visible y de lo invisible, de sus maneras de ser y de sentir.
La mujer en su suelo como domicilio existencial en la Geo-cultura de Kusch, reconoce una dimensión consiente
de vida, de conciencia histórica, símbolos, sentires, significados otorgados a su cuerpo, al suelo como placer
inagotable para transitar su temporalidad geo-gráfica, el abordaje del cuerpo como lugar, como goce y lenguaje
que convoca a lo colectivo y lo individual, como expresión del habitar.
Las mujeres habitan la tierra, en palabras de (Noguera, 2012) la Tierra-Abya-Yala; desde este lugar el cuerpo
resulta ser uno de los medios más importantes para tejer piel-memoria de esos caminos transitados, a través de
el se materializan las expresiones de resistencia. Con el trabajo etnográfico se gestaron escenarios estético-
artísticos desde las mujeres rurales, partiendo de comprender la estética desde (Mandoki, 2008) como “la
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 87
manera como los cuerpos interpretan sus experiencias estésicas, y, a partir de ellas, dan forma a la realidad
sensible que habitan”. Las grafías corporales que realizaron las mujeres relataron acontecimientos que marcaron
la vida de cada una de ellas, pinceladas que cuentan historias, emociones, sus raíces y sentires de la vida
cotidiana.
Bueno yo quiero hacer las cordilleras, de perejil, me voy a hacer un paisaje, que representa las raíces de
mi infancia y mi adultez ahora [...] Yo si hice acá mi casa, hice las iniciales de mis hijos, mi mansión dibuje
las cordilleras pues que amo el campo, me gusta la naturaleza y las aves, porque me gustan también los
animales, y la carita así feliz que al mal tiempo buena cara pues que a pesar de los problemas y los
obstáculos y que soy sola, soy mamá, papá, maestra de todo. (P4, Circasia, 2021).
Las mujeres narran sus cuerpos políticos, poéticos, estéticos, dejan ver sus cuerpos como re-existencia, la
conexión que existe entre la mujer y la tierra, plegado de marcas que les recuerdan sus luchas, su labor en el
campo, las siembras de insurgencia.
3.2. Elementos culturales: mujer rural y COVID-19
La aproximación a la cultura desde la cotidianidad de las mujeres rurales y en particular en el momento en el que
la pandemia marco buena parte de nuestro existir; permite conocer sus formas de vida desde lo etnográfico, lo
dialógico y lo participativo.
Los cambios culturales acaecidos las llevaron a re-pensarse sobre muchos aspectos de su vida, entre ellos las
nuevas formas de autocuidado e incorporar protocolos de bioseguridad como lo son el uso del tapabocas, el
alcohol, el distanciamiento, el cambio de ropa y la fumigación, situaciones reflejadas tanto en espacios urbanos
y rurales, desde la narrativa las mujeres enuncian los elementos generados en este contexto;
Llegar a la casa fumigarnos antes de entrar, o sea la desinfección, bañarse, cambiarse de ropa, usar
siempre el tapabocas, no estar en la casa con la misma ropa que llega uno de la calle, siempre cambiarse,
el vehículo es de cogerlo y desinfectar también. (P11, Calarcá, 2021).
La mujeres muestran como muchas de sus tradiciones y costumbres se vieron agrietadas por la pandemia y los
nuevos retos aparecieron como oportunidad, algunos de esos cambios ponen de relieve la importancia del
campo y de la producción agrícola como una forma de subsistencia; pero a su vez como una forma de resistencia,
volver a lo rural es volver a lo ya aprendido, es retomar la construcción identitaria y el empoderamiento para
poder re-existir, asi la pandemia constituyó una forma de liberación, un reencuentro con sus saberes y un
acercamiento a modos otros de producción:
Los abuelos nos inculcó, nos inculcaron, ahorita la pandemia, nos formó por decirlo así a cultivar nuestra
propia comida, a volver a lo de las huertas […] obviamente pues a nivel de, de que todo se paralipor
decirlo así, nosotros en el campo, la verdad no sentimos que fue una pandemia, nos sentimos como más
liberados, más, más de tenerle como amor propio y sentido a lo que es el campo, y a lo que es producir
nuestro propio alimento, por este sentido pues la pandemia para nosotros, para los campesinos no influyó
tanto (P8, Calarcá, 2021).
En este mismo orden de ideas; el campo devela el lugar que tiene la soberanía alimentaria como el derecho sobre
el alimento, y en cómo producirlo y consumirlo, convirtiéndose en guardianas de su alimentación, situación que
emerge como posibilidad desde su cultura y de su historia en la trasmisión de saberes por mayores que están
inmersas en sus saberes que se terminan traduciendo en su diario vivir, configurando así sus productos propios,
ancestrales y tradicionales como forma de resistencia; no solo en la pandemia, sino como manifestación de amor
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 88
por su tierra, que también se hace visible desde el cambio productivo, pasando de los monocultivos a la
diversificación de los productos agrícolas que sean sostenibles con el territorio.
Los terrenos, las fincas, las haciendas, la tierra, el terruño en el que viven y re-viven estas mujeres, se convierten
en huertas productivas y campos agricolas, en los que se proyectan y generan diversas formas de
comercialización, que les permite posicionarse y ser reconocidas como lo menciona (García, 2020) “las mujeres
rurales no tan solo se encuentran en el centro de la vida, sino que han sido parte de la primera línea de
producción de alimentos durante esta crisis”, así la presencia del campo siempre sera la base de generación de
alimento. Aquí es interesante también resaltar la forma en que las mujeres posibilitan la comercialización de sus
productos como una fuente de recursos propios; pero a su vez, en un des-aprender las formas de
comercialización para aprender otras y a su vez en una ruptura con la misma tradición patriarcal y
heteronormada en la que el hombre se encargaba de estas labores. Esto a su vez demuestra los cambios sociales
y culturales presentes en estas grietas que la pandemia y la resistencia de la mujer rural juegan hoy en lo rural y
lo urbano. La mujer rural como posibilidad de reconstrucción cultural y en labores diferentes a las que la tradición
y la sociedad pre-establecian como sus roles de enunciación.
Es a partir de las experiencias y sentires de las mujeres durante la pandemia que logran generar apuestas y
prácticas insurgentes, en las que las pedagogías de co-construcción desde la etnografía participativa, trascienden
a escenarios colectivos y en formas otras de comunidad, asociatividad y sociedad, que se tejen y entretejen en
los hilos fuertes de alternativas para situarse, y dar respuesta ante las múltiples crisis, fortaleciendo sus procesos
de producción y de conexión con su tierra, su cultura, su identidad, sus saberes y su continuidad como formas
otras posibles. Además, se dan procesos de aperturas para diferentes saberes como formas nuevas de vivir y re-
vivir, permitiendo la creación de encuentros diálogicos, y reconociendo caminos hacia la otredad, como
alternativas diversas al lograr comprender las dinámicas de la pandemia y aprender una forma de vivirla y
resistirla.
Otra de las grandes rupturas que trajo la pandemia, fueron los cambios que se dieron a nivel familiar, sobre todo
en elementos culturales como las alteraciones en la manera de celebrar sus festividades, sus encuentros y las
grietas en sus elementos rituales y simbólicos, donde cambiaron los mecanismos de comunicación, participación
y encuentro para la preservación de la unión familiar entorno a los cumpleaños, las celebraciones de la navidad,
los nacimientos y la muerte de familiares en relación con sus rituales fúnebres (velorio, entierro, novenario),
como lo relatan algunas participantes:
No, ya no. Nosotros no nos reunimos...Antes nos reunimos. Y ahora, ya uno se llama y
feliz cumpleaños y ya. Hicimos un... que mi sobrina tuvo un bebé justo en plena pandemia y le hicimos el
baby shower por ahí, nos prendimos el computador y nos sentamos virtual y si hubo una que fue y le
entregó allá en la casa, también con mucho cuidado porque ella, pues con lo del embarazo, entonces ella
arriba y bajo mi hermana y le abrió y entraron con todo lo que le iban a dar y luego nos instalamos en el
aparato. Hicimos el baby shower virtual. (P10, Calarcá, 2021).
De este modo, las tradiciones se enuncian desde la vida cotidiana, en sus diferentes formas de actuar, sentir y
pensar enmarcadas en los escenarios socio-culturales, partiendo desde los hábitos más elementales -comer,
asearse, beber, dormir, etc- hasta las celebraciones más complejas matrimonios, nacimientos, fiestas- que han
venido cambiando a través del tiempo. La pandemia modificó elementos culturales en las tradiciones y las
festividades, sin embargo, no pierden su significado, su sentido familiar y comunitario, recreando alternativas de
adaptación para continuar con sus prácticas cotidianas. Resaltando las manifestaciones culturales aprendidas en
sus familias la cual se vincula con el concepto de cultura entendida como “el conjunto aprendido de tradiciones
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 89
y estilos de vida socialmente adquiridos, de los miembros de una sociedad, incluyendo sus modos pautados y
repetitivos de actuar, pensar y sentir” (Harris, 2001, p.19-20).
Otro aspecto relevante desde lo cultural es el sentido y los significados por la tierra, la cual es su fuente de vida
y el reconocimiento del vivir en un paisaje biodiverso, donde "La tierra para el campesino es un habitáculo
apropiado, sacralizado, lleno de símbolos y rituales en donde se desarrolla la existencia humana"(Giraldo, 2013).
Así, el campo se reconoce como el lugar que provee el sustento material pero también espiritual, que permite
reproducir prácticas con significados particulares, envueltos en el orgullo y la alegría, que empodera su existir y
enmarca su vivir, en una conexión entre su identidad como mujeres rurales y como labradoras de la tierra con
un vínculo muy fuerte manifestado en el apego, el respeto y en el deseo de estar siempre en ese lugar -lo rural-
4. Conclusiones
El caminar etnográfico permitió comprender los cambios generados en la cotidianidad de las mujeres rurales
durante la pandemia, develar las experiencias y las transiciones a las que se enfrentaron, sus historias de vida y
su lugar en el campo.
Frente a la COVID-19, las mujeres reconocen que tienen diversas interpretaciones sobre el origen de esta
enfermedad, muestran como esta les ha generado incertidumbre y pánico colectivo, por el exceso de
información de los medios de comunicación, las redes sociales y la interacción con otras personas, producto de
esto ellas asumieron posturas en términos políticos, sociales, económicos entorno a la pandemia que tuvieron
implicaciones en sus formas de pensar y actuar frente a la enfermedad y las medidas que se tomaron a nivel
mundial y como estas las afectaron o no en su vida diaria. De otra parte, se dieron cambios en las prácticas
cotidianas sobre todo en las actividades de autocuidado para atender a las medidas de bioseguridad por el riesgo
de contagio, aunque en varios casos los protocolos se llevaban a cabo, únicamente fuera de la finca y sobre todo
en contextos urbanos o cuando eran visitadas por personas que venían desde esos contextos, se entendía su
tierra como un reducto seguro y que estar en lo rural era una buena forma de protegerse de la pandemia. Además
del uso de las plantas que se producen en el territorio y que tienen un significado en la conservación de los
saberes ancestrales.
Otras de las alteraciones culturales se dan en las festividades familiares en términos de participación, interacción,
afectividad y ritualización, ellas presentan como sus tradiciones, celebraciones, creencias, y labores del campo
y del hogar se han construido desde la transmisión de saberes de sus ancestros, que las constituyen como parte
de lo rural y las dimensionan como perpetuadoras de esta tradición, es así como las grietas generadas por la
imposibilidad de continuar con las celebraciones tradicionales, que implicaban reunirse, compartir, juntarse y
celebrar desde lo establecido, fue una ruptura que marcó el sentir de la mujeres, pero que sobre todo
resquebrajó su existir, sin embargo fue la oportunidad de re-inventar formas de estar sin estar utilizando
mediaciones pedagógicas como forma de re-encontrarse.
Las expresiones culturales develan las resistencias de las mujeres rurales que se re-crean en la cotidianidad y que
fueron visibilizadas desde la andadura etnográfica, estas se expresan mediante las luchas por acción colectiva
en la asociatividad, la defensa del territorio que agrietan su re-existir en la permanencia en y por su tierra; a
pesar de las adversidades demuestran su ser como berracas de hacha y machete, en el permanecer a pesar de,
y de estar para seguir luchando y resistiendo como una forma de agrietar el sistema, con o sin las botas puestas
no se detienen.
En cuanto a la producción, las mujeres rurales permanecieron en sus labores de sembrar, cuidar, cosechar, y
comercializar sus productos en la primera línea de abastecimiento, como una forma de afrontar no solo la
pandemia sino también las crisis que produjo, esto estuvo aunado a esas formas otras de producir desde la
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 90
soberanía alimentaria, el buen vivir, la producción limpia, la asociatividad, el trabajo colaborativo, pero sobre
todo las re-existencias que se generaron, a partir de los roles que han venido sembrando estas mujeres en su
constante devenir como mujer rural productora y comercializadora.
Las pedagogías de las re-existencias, se hacen vivas a partir de los gritos de insurgencia, de las luchas cotidianas
que emprenden las mujeres rurales desde lo cotidiano, de las juntanzas con otros, que permiten generar acciones
colectivas frente a la siembra, la cosecha de sus propios alimentos, construyendo modos otros de vida en lo rural
como forma de hacer frente al capitalismo, colonialismo y patriarcado, de hacer viva la esperanza.
La descolonización del conocimiento debe ser uno de los grandes desafíos de la educación actual, esto permitirá
caminar hacia la emancipación, en donde el compromiso social, debe ser preponderante. Visibilizar al mundo,
desde y con las comunidades en un trabajo de co-construcción, es otra forma de hacer ciencia y desarrollo para
avanzar hacia la justicia entre saberes. Las metodologías participativas constituyen escenarios para que las
mujeres se vean inmersas en su propia cultura, dando a conocer sus costumbres, la oralidad, los saberes, lo cual
conlleva a la apropiación de los territorios y a la democratización de los conocimientos.
5. Referencias bibliográficas
Cefkin, M; (2010). Business, anthropology and the growth of corporate ethnography , Melissa Cefkin, (ed.)
Ethnography and the corporate encounter, Berghahn, Nueva York: 1-37.
De Sousa, S. (2018). Construyendo las epistemologías del Sur: para un pensamiento alternativo de alternativas.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO.
Departamento Nacional de Planeación (DANE) (2018). Ficha técnica censo poblacional Quindío.
Fals, B (2009). Una sociología sentipensante para América Latina. Biblioteca Universitaria Ciencias Sociales y
Humanidades. Colección pensamiento crítico Latinoamericano. CLACSO
García D. (2020). Mujeres rurales, forjando el futuro de la alimentación. Recuperado el 2021, 08, 03 en:
https://www.rimisp.org/mujeresyterritorios/index.php/2020/10/40/mujeres- rurales-forjando-futuro-
alimentacion/
Giraldo, O. (2013). Hacia una ontología de la Agri-Cultura en perspectiva del pensamiento ambiental. Polis
Revista Latinoamericana, 12(34), p.95-115. Recuperado el 2021, 08, 10
en:https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-656820130001
Gobernación del Quindío. Política pública de equidad de género 2015- 2025
Harris, M. (2001). Antropología cultural. Madrid: Alianza Editorial, S. A. Recuperado el 2021, 07, 27 en:
https://www.psicoperspectivas.cl/index.php/psicoperspectivas/article/view/172/204
Harvey, D. (2012). Espacios de esperanza, Madrid, Akal.
Hernández Sampieri, Roberto; Fernández Collado, Carlos & Baptista Lucio, Pilar. (2010). Metodología de la
investigación. Ciudad de México: McGraw-Hill.
INDEPAZ (2021). Cifras de la violencia en las regiones. Registro del Observatorio de los Derechos Humanos y
conflictividades. https://indepaz.org.co/wp-content/uploads/2022/01/INFORME-FINAL-2021.pdf
informe líderes y defensores de DDHH asesinados al 26 de julio de 2019. http://indepaz.org.co/informe-
lideres-y-defensores-de-ddhh-asesinados-al-26-de-julio-de-2019/
ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista EspaciosVol. 43, Nº 04, Año 2022
CARDONA, Leidy C. & QUINTANA L.I. «Pedagogías de las re-existencias de las mujeres rurales en el
Departamento del Quindío (Colombia). Cultura y COVID-19»
Pag. 91
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, 2017. Boletín estadístico mensual, noviembre.
https://www.medicinalegal.gov.co/cifras-estadisticas/boletines-estadisticos-mensuales
Mandoki, K. (2008). Estética cotidiana y juegos de la cultura. México: Siglo XXI Editores.
Ministerio de Agricultura. Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura. Dirección
de la mujer rural. (2019). Situación de las mujeres rurales en Colombia 2010-2018.
Observatorio Departamental del Quindío Secretaría de Planeación Municipal. (2019). Mercado laboral
Quindío. Consultado en https://observatorio.quindio.gov.co/informes/informe-mercado-laboral
Observatorio Departamental del Quindío. Boletín informativo (2018), elaborado según la Gran Encuesta
Integrada de Hogares e informes del DANE. Consultado en
https://observatorio.quindio.gov.co/informes/infografias-y-reportes/482-informe-mercado-laboral-2019
ONU Mujeres, Colombia. (2018). El progreso de las mujeres en Colombia: transformar la economía para realizar
los derechos. Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las
Mujeres. https://colombia.unwomen.org/es/biblioteca/publicaciones/2018/10/progreso-delasmujeres-
2018
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. FAO (2017).
Rodríguez, W. (2017). Élites y poder en la economía cafetera. Armenia: Universidad del Quindío.
Segato, R. (2016). La guerra contra las mujeres. ISBN 13: 978-84-945978-5-5
Strauss, A, y Corbin, J. (2002). Bases de la investigación cualitativa: técnicas y procedimientos para desarrollar
la teoría fundada. Medellín: Editorial Universidad de Antioquía. Recuperado el 2020, 11, 01 en:
https://www.proceedings.ciaiq.org/index.php/ciaiq2018/article/view/1898
Stuart Hall desde el sur : legados y apropiaciones / Aymará Barés ... [et.al.] ; coordinado por Eduardo Restrepo.
- 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : CLACSO, 2014. E-Book. ISBN 978-987-722-025-4 1. Estudios
Culturales. I. Barés , Aymará II. Restrepo, Eduardo, coord. CDD 306.
http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/posgrados/20140821043428/StuartHallDesdeElSur.pdf
Walsh, C. (2010). Interculturalidad crítica y educación intercultural. Construyendo Interculturalidad Crítica. (75-
96). Recuperado el 2020, 10, 26 en http://www.uchile.cl/documentos/interculturalidad-critica-y-
educacion- intercultural_150569_4_1923.pdf
Walsh, C. (2017). Gritos, grietas y siembras de vida: Entretejeres de lo pedagógico y lo decolonial. En C. Walsh
(Ed.), Pedagogías decoloniales II, (17-45). Quito: Ed. Abya Yala. Recuperado el 2021, 07, 29 en
http://www.ceapedi.com.ar/imagenes/biblioteca/libreria/385.pdf
Walsh, C. (2017). Pedagogías decoloniales Prácticas insurgentes de resistir, (re)existir y (re)vivir. Quito: Abya-
Yala. Recuperado 2020, 10, 30 en: http://agoradeeducacion.com/doc/wp-
content/uploads/2017/09/Walsh-2017-Pedagog%C3%ADas-Decoloniales.-Pr%C3%A1cticas.pdf
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional