Vol. 39 (Nº 52) Año 2018. Pág. 6
Claudia FIGUEROA 1; Diana Yaneth AYALA Soto 2
Recibido: 20/07/2018 • Aprobado: 01/10/2018 • Publicado 28/12/2018
2. Los aportes de la escuela nueva en la formacion de educadores en Colombia
RESUMEN: La presente investigación tiene por objeto analizar los aportes de la escuela nueva o activa en la formación de educadores en Colombia en los inicios de Siglo XX, de tal forma que no se pieda la memoria histórica en el educador y se genere la reflexión frente a la formaciòn y sus transformaciones que ha sufrido la educación, principalmente el sujeto maestro que vivencia un ser, un saber y un hacer en una cultura para la vida y en la vida misma, a partir de la revisión historiográfica de las instituciones y la formación de educadores y su proyección a la formación de una población diversa, que incide en el desarrollo de la nación colombiana. Se hace un llamado a reflexionar sobre lo que hemos hecho y cómo lo proyectamos, desde los métodos de la escuela activa o nueva, aún vigentes en los proyectos educativos institucionales. El hilo conductor en la metodología es lo histórico documental, con cada uno sus pasos y caracteristicas de recolección de información desde lo heurístico y lo hermeneútico, fuentes primarias y secundarias para seleccionar, interpretar y dar resultados, como se reflejan en el texto. |
ABSTRACT: The present research aims at analyzing the contributions of the new or active school in the training of educators in Colombia at the beginning of the 20th century, so that the historical memory in the educator is not spared and reflection is generated in the face of Transformations that have undergone education, mainly the master subject who lives a being, a knowledge and a doing in a culture for life and life itself, based on the historiographic review of institutions and the training of educators and their projection To the formation of a diverse population, which affects the development of the Colombian nation. A call is made to reflect on what we have done and how we project it, from the methods of the active or new school, still in force in institutional educational projects. The guiding principle in the methodology is the historical documentary, with each one its steps and characteristics of gathering information from the heuristic and the hermeneutic, primary and secondary sources to select, interpret and give results, as reflected in the text. |
En Colombia la formación de educadores y la misma educación, es el motor que dinamiza la sociedad, por lo tanto, comprender su historia, dinámicas y desafios lleva a inquietar y reflexionar sobre qué se ha hecho y cómo proyectarnos como educadores del siglo XXI, por cuanto desconocer la historia nos conduciría a la pérdida de la memoria en general y es lo que no se desea. Pues los horizontes de la escuela y la sociedad, anima a estudiar y comprender que cada transformación, en este caso los métodos pedagógicos que van a incidicr en la formación tanto de los maestros como de los niños y proyectos educativos instituiconales, lo cual requieren ser estudiado a profundidad, por la misma dinámica en que avanza la cultura y las fronteras del conocimiento.
De acuerdo a lo anterior, se hizo necesario analizar la educación de comienzos de siglo XX, en el sentido del interés por los métodos pedagógicos, la influencia de las corrientes de pensamiento educativo y lógicamente saber qué aportó a la formación de los educadores, sus aportes y condiciones sociales y políticas del país, para comprender cuáles fueron los aportes de la escuela nueva o activa en la formación de educadores a comienzos de siglo XX.
En tal sentido, se ha recurrido a las fuentes primarias y secundarias y como hilo conductor de este trabajo a la metodología histórico documental, desde cada etapa investigativa, en sus principios de análisis y argumentación, como aquella gran etapa de la historia de la educación que marcó un hito en el sistema educativo colombiano, como lo fue partir de la reforma de instrucción pública, ley 39 de 1903.
Los inicios del siglo XX, están encaminados a un proyecto modernizador del país, que va a incidir en las transformaciones a nivel político, social, económico, cultural y jurídico, en la que está inmersa la educación. Así mismo, la apertura de nuevas instituciones educativas y la influencia de las corrientes de pensamiento activo, con la visión de mundo, permite la apertura a que expertos eruditos en los temas educativos lleguen a las escuelas, den sus orientaciones y se den cambios en la educación y no se quede solamente en el papel e intenciones, sino trascienda a las instituciones y el aula, vivo ejemplo el trabajo desarrollado en el Gimnasio Moderno, institución que aunque formó la élite liberal del país, sirvió de ejemplo para otras instituciones y la misma incidencia en la formación de educadores, esta institución aprovechó la influencia de estas corrientes de pensamiento y la puso al servicio del país.
Se resalta el trabajo de expertos en los temas educativos que hicieron historia de la educación y que han trascendido a lo largo del país y de las instituciones como lo fueron: Agustín Nieto Caballero, Rafael Bernal Jiménez, Miguel Jiménez López, Luis López de Mesa, José Francisco Socarrás, entre Otros.
Así mismo, fue Ovidio Decroly, quien a partir de la difusión de su pensamiento logró llegar a la escuela en sus planteamientos y conferencias ofrecidas personales a los educadores de diversas escuelas del país, en sus obras y cuya base fue la educación de los niños y los centros de interés como inicio, desarrollo y aplicación de nuevos métodos educativos y pedagógicos, como lo fueron las acciones de las corrientes de pensamiento activo y su incidencia en Colombia, tarea no fácil en este periodo.
Los aportes da la pedagogía, la psicología y la psicopedagogía, se generaron desde la visita de expertos formados en el Instituto Pestalociano de Ginebra, entre ellos: Decroly, Buysé, Walter y las misiones alemanas y españolas a Colombia, legado también de los Institutitos de Enseñanza Libre de España e Institutos Pedagógicos de Berlín. Y la incidencia de John Dewey, Kilpatrick y William James, desde la escuela norteamericana, principalmente en la psicología y el pragmatismo, desde sus obras que incidieron en estos cambios, como lo fueron la aplicación del método de proyectos, entre otros, los cuales incidieron en la transformación de la educación colombiana y la formación de educadores desde las escuelas normales y las facultades de educación en las universidades colombianas.
Los horizontes de la educación colombiana en los inicios del Siglo XX, estuvieron marcados por unos antecedentes de crisis en la escuela, especialmente, por el ambiente político que desestabilizó al país al finalizar el siglo XX, y dejó huellas de violencia y desolación en todos los órdenes en cada contexto del país, y a la cual los colombianos tuvieron que levantarse de esta crisis y consolidar las instituciones entre ellas, la educación, tarea no muy fácil, pero que con el aporte de hombres y mujeres aguerridos, lograron transformar la historia del país, es decir, se puede señalar: un antes y un después en la historia de Colombia al comenzar el siglo XX.
Desde luego que, en los albores del siglo XX, Colombia empezó a cambiar y no muy lejano el tiempo se vivió una atmósfera de cierto bienestar, bajo la hegemonía del partido conservador, como lo fue que. “El país inició una época de prosperidad económica ocasionada por la expansión del cultivo y de las exportaciones de café, la intervención extrajera y la afluencia de capitales” (Saldarriaga & Sáenz & Ospina, 1997).
En materia educativa, se experimentaba una especie de contraposición, pues algunos sectores abogaban por la implementación de nuevas corrientes pedagógicas en la enseñanza, mientras que se conservaban los planes curriculares decimonónicos, determinados por el predominio de la educación religiosa y la carencia de la instrucción tecnológica que requería un país en vía de desarrollo industrial.
En tal sentido, la Ley 39 de 1903 buscó dar respuesta a las exigencias peculiares del país, planteó una reorganización de la instrucción pública y procuró restablecer las escuelas que se habían cerrado debido a la guerra de los Mil Días. La Ley Orgánica, reglamentada por el Ministro de Instrucción Pública, Antonio José Uribe, dividió la enseñanza en primaria, secundaria, profesional, industrial y estética.
El Decreto de Instrucción Pública, instauró la primera escuela de artes y oficios de Colombia, al reconocer a estas como parte del proceso de formación inicialmente el trabajo con adultos en el Asilo San José de Bogotá y en 1905, se legalizó la Escuela Central de Artes y Oficios que propició ya una educación formal, de la cual en 1908, fue llamado "Asilo de Niños Desamparados", debido a motivos legales de índole patrimonial, relacionados con su antigua naturaleza para los cuales fueron creados.
Es oportuno señalar que la congregación Lasallista, se distinguió desde el siglo XIX por su permeabilidad a los nuevos métodos de enseñanza, como lo fueron los Hermanos de la Salle, quienes cada año ofrecía seminarios en los que se trataban diversas temáticas relacionadas con la pedagogía y, a comienzos del siglo XXdoptó el método cíclico concéntrico, consistente en la realización de esta clase de encuentros durante un periodo específico y en la posterior profundización de los temas tratados. En esencia según (Rivas, 2008: 8) estos modelos eran tomados de la pedagogía alemana de finales del siglo XIX, como también de las teorías de la Escuela Activa. Álvarez, 2000)
En 1911, durante el Gobierno de Carlos Emilio Restrepo (1910-1914), nació la primera Universidad Industrial de Colombia, al tiempo que la Ley 32 legalizó y extendió, a todo el territorio nacional, el plan de estudios para la enseñanza técnica, propuesto por los Hermanos De La Salle. Entre 1912 y 1914 se produjeron reformas internas de la pedagogía, conjuntamente con las primeras experiencias de institucionalización de la pedagogía activa, la cual fue experimentada en 1914, en el Gimnasio Moderno de Bogotá. (Saldarriaga & Sáenz & Ospina, 1997).
En el cuatrienio 1914-1918, durante la presidencia de José Vicente Concha, la Ley 62 de 1916, fomentó y dio normatividad a las corporaciones pedagógicas (Uribe, 1919). Una de las disposiciones implementadas consistió en apoyar la apertura de liceos provinciales, a donde asistieron mensualmente los maestros de establecimientos oficiales con el fin de estudiar temas prácticos acerca de casos concretos. Entre éstos, los más significativos eran seleccionados y publicados en el periódico del magisterio.
Es así como (Figueroa 2016), plantea que en las instituciones pedagógicas incidieron grandes pensadores que reformaron la educación y lograron enriquecer la cultura de sus pueblos y generaciones, convirtiéndolas en centros de altos estudios científicos y educativos, que luego se expandieron alrededor del mundo, pues existía la necesidad de formar las generaciones para el cambio social de las naciones, principalmente suplir las necesidades educativas en la educación primaria y secundaria, en el marco de la formación de educadores(as) y disminuir los altos índices de analfabetismo en las nacientes naciones, había la necesidad de un progreso social, un desarrollo industrial y la educación era una necesidad para modernizar estas naciones (13)
Cuando se señalan los aportes se hace referencia al legado y su impacto en la educación colombiana, la cual se evidencia en el marco de la aplicación de métodos pedagógicos y estrategias de formación de los educadores, inicialmente puestos en práctica con los niños de las escuelas elementales y luego a las demás poblaciones en las instituciones tanto públicas como privadas, como lo señaló en una entrevista realizada en el año 2010 el historiador Jaime Jaramillo Uribe.
Es significativo por lo tanto, ver como uno de los creadores de la innovadora institución,Gimnasio Moderno que funcionó en Bogotá, como lo expresó Nieto Caballero: “Nos hemos propuesto formar una nueva clase dirigente que nada tiene que ver con las antiguas élites aristocráticas o capitalistas del pasado, pero que tampoco se puede encerrar en un círculo de proletarios. Clase dirigente de los mejor preparados, de los capaces, de los de más alta categoría moral, descartada su procedencia” (1996).
El método adoptado, según lo relataba el propio Nieto Caballero, se fundamentaba en los centros de interés o de ideas asociadas de Ovidio Decroly (1871-1932), Para Nieto Caballero “Lo importante era indagar cuáles eran las necesidades primordiales del niño para, de acuerdo con ellas, elaborar el plan a seguir” (1933).
Es claro que estos planteamientos se consolidaron con la creación de un medio de difusión del pensamiento educativo y quien fue artífice e iniciador de este proceso fue el maestro paipano Rafael Bernal Jiménez, cuando crea la revista Educación, que se expandió a varios departamentos, caso de Cúcuta, Boyacá, Nariño, Antioquia y Bogotá, en este medio plantea que en 1934 se hizo la primera Conferencia Nacional del magisterio, a la cual concurrieron los representantes de los institutores de todo el País, de los centros normalistas, de las Facultades de Educación y muchas otras importantes instituciones; se constituyó en una propuesta significativa para todo el magisterio colombiano (Bernal, 1934).
Precisamente, un episodio clave en este proyecto de modernización de la educación colombiana, fue la visita realizada a varias escuelas del país de varios expertos de la educación europea, entre ellos el intelectual Belga Ovidio Decroly quien“[…] permaneció en el país durante dos meses y medio, dictó una serie de conferencias en el Gimnasio Moderno y en Tunja, cuyo objetivo era orientar las tareas del examen mental y escolar por medio de los test individuales y colectivos, así como la selección, la orientación profesional y el tratamiento de los niños excepcionales”. (Saldarriaga & Sáenz & Ospina, 1997).
Así mismo, en su recorrido por el país, estos expertos europeos en el tema educativo realizaron distintas actividades académicas, y además acompañó este proceso el experto Raymond Buysé, profesor de didáctica general, quien presentó en 1935 una conferencia acerca de psicopedagogía en la Universidad Nacional, un tema bastante novedoso para los educadores colombianos, pero con gran sentido de comprensión. Del mismo modo, fue Leo Walter, otro experto en el tema de la psicología quien ofreció charlas inherentes a la orientación profesional, como muestra de su experiencia y lo que sería la proyección del conocimiento y aporte de la psicología en Colombia. Sendas conferencias permitieron reflexionar sobre el papel de la conducta y comportamiento de los niños, esta estrategia pedagógica también novedosa en el país comenzó a desarrollarse en las escuelas normales y en las universidades.
Sin embargo, según lo manifiesta Pompilio Iriarte, la aparición de la alternativa educativa que significó la Escuela Nueva, no estuvo exenta de cierta tensión con los métodos tradicionales. Esto resulta explicable si se considera que las particularidades de la primera (alumnos activos, carácter de laboratorio, orientación hacia el trabajo), entraban en choque con las de los segundos (inacción de los educandos, condición de éstos similar a la de un auditorio pasivo, silente y limitado a escuchar). “Se comenzaba antes por presentar la palabra, luego, la imagen, por último el objeto. Ahora la experiencia, el contacto con el objeto es lo primero. Viene luego lo demás. En reemplazo de la escuela al margen de la vida, surge la escuela en medio de la vida y para la vida, cuyo eminente realizador fue Decroly”, (2003).
Ahora bien, en el terreno de las innovaciones pedagógicas en la formación normalista, resulta particular que aunque algunas normales confiaban la enseñanza a fraternidades religiosas, esto no significó un obstáculo mayúsculo para incorporar los cambios (Saldarriaga & Sáenz & Ospina, 1997:1,14). Así, los Hermanos Cristianos dirigieron la Escuela Normal Central de Institutores de Bogotá e introdujeron “los test mentales de Alfredo Binet, la enseñanza globalizada, los centros de interés de Decroly y los métodos de proyecto de John Dewey” (Saldarriaga, 2003).
En tal sentido Helg narra la manera cómo, en este contexto de transformaciones metodológicas, los normalistas asimilaban primero los fundamentos teóricos, para dirigirse luego a una escuela primaria anexa donde efectuaban sus prácticas en seis grados de enseñanza primaria, cada uno compuesto por 30 alumnos . Dicho escenario ofrecía las condiciones ideales para que el profesor-practicante expusiera lecciones modelo a sus pupilos, quienes preparaban un texto a partir de los conocimientos obtenidos, lo sometían a la aprobación del docente y concluían con la socialización de cuanto habían comprendido (2001).
Los exámenes finales de los futuros dicentes, particularmente entre los jóvenes, se convertían en una ceremonia pública a la que asistían las autoridades gubernamentales y eclesiásticas del departamento. En la prueba, el candidato ofrecía a los asistentes una clase sobre algún tema del curso elegido a la suerte; presentación en la que debía exhibir una escritura primorosa en el tablero negro y una excelente memoria, pues las lecciones se aprendían al pie de la letra. La entrega de los diplomas era el momento más solemne, y se terminaba con un baile amenizado por orquesta.
Es necesario aclarar que entre los pedagogos que sentaron bases previas para la aparición de la Escuela Nueva, figuran: “Decroly articulando y globalizando la enseñanza en torno a los centros de interés del alumno; el funcionalismo de Claparède programando las actividades escolares que respondan y estimulen las necesidades fundamentales del niño; la escuela del trabajo de Kerschenstainer; el activismo social de Dewey o los esfuerzos de María Montessori para dotar a las escuelas de materiales y ambiente bajo la divisa de la autoeducación y la libertad” (Saldarriaga, 2003).
La Escuela Activa se alimentó del pragmatismo, de la teoría de la Gestalt e incluso, de la Revolución Francesa. También retomó algunas de las críticas hechas a la educación noble y autoritaria, según Helg: “Los contenidos en la escuela nueva prepararon para la vida misma. Hacía falta un conocimiento directo de las cosas, de tal suerte que se pensó: en vez de los libros muertos, ¿por qué no podríamos abrir el libro vivo de la naturaleza? No las sombras de las cosas, sino las cosas mismas es lo que debe presentarse a la juventud” (2001).
El activismo llevó a cabo esta transformación y, a partir de allí, sus seguidores han luchado por vincular los contenidos a la naturaleza y la vida. Para Ponce “Al fundamentar la enseñanza en los hechos y experiencias, la adquisición de los conocimientos debía resultar de observaciones personales (visitas a fábricas, trabajos manuales), o en su defecto, de observaciones de otros, recogidas en los libros. La teoría sigue, en todo caso, a la práctica, no la precede nunca” (1970).
Es una cuestión de revisión cuando se plantea como la incidencia de los planteamientos de Ferrière, en la cual fija los postulados de la escuela activa, desde aquel trabajo colectivo con sus coterráneos desde la pedagogo suizo, propone a través de la Oficina Internacional de las Escuelas Nuevas, “establecer relaciones de ayuda mutua científica entre las diferentes escuelas nuevas, centralizar los documentos que le conciernen y aprovechar el valor de las experiencias psicológicas hechas en estos laboratorios de pedagogía del porvenir”(1927).
Los postulados que se encuentran en la obra de Ferrière son 33, pero lo más importantes de la escuela activa-escuela nueva, que se adoptaron en la educación colombiana, fueron aproximadamente veinte, estos se evidencian en los planes de estudio de los programas de formación para licenciados de la Escuela Normal Superior, las Facultades de educación y los institutos pedagógicos, en las prácticas pedagógicas investigativas y en las investigaciones de los educadores, en l veamos:
Desde luego que estos planteamientos están representados en el trabajo del educador y el desarrollo de su proceso pedagógico y didáctico, no es ajeno a los desarrollos que hacen los niños en el aula y fuera de ella. Como tal este movimiento de la escuela activa o nueva, se convirtió en un paradigma educativo de los inicios del siglo XX, que buscó cambiar esquemas tradicionales por nuevos métodos para educar y vivenciar en el niño su participación, la acción y dotarlo de interés a partir de su propia autonomía, en donde el maestros se convirtió en un guía para el niño como parte significativa del aprendizaje, se adaptó primero a la educación primaria y luego a la educación secundaria y normal. Se rescata las reuniones convocadas por sus iniciadores en Europa a través de Congreso en la que Colombia participó y conoció de cerca estas experiencias, ventajas y bondades para asumir el reto de adoptarlo, caso especial de los maestros: Agustín Nieto Caballero y Rafael Bernal Jiménez.
Mejoró la condición del sentido de ser educador, puesto que se abrieron espacios de reflexión, como las conferencias, los centros de interés y las mismas estrategias pedagógicas que además se abrió el espacio de la clase más abierto, flexible y donde se le da la importancia al niño, al sujeto que piensa, que vive y se recrea como soporte de la educación activa, pasar de esa pasividad a un momento pedagógico de relevancia humanista y científica.
Los aportes se desarrollan en la medida que se dan cuenta de dos aspectos fundamnetales: primero, el comprender el contexto educativo del país, principalmente, desde la Ley 39 de 1903, es la reforma de instrcción pública que marca los comenxos del siglo XX y el proyecto modernizados del país y segundo, el legado de las coorientes de pensametno activo a la formación de educdores como reflejo de las transformaciones educativas de pasar de unos métoos tradiiconales a nuevas concepciones educativas desde la escuela activa, la cual hoy está presente en los proyectos educaivos insitucionales.
Este trabajo es una muestra de avance de la proyecciòn de la investigaciòn del tema educativo, que marca un inicio de reflexiòn, sobre estas temàticas para la formaciòn de educadores y està en la linea de trabajo de la investigaciòn educativa.
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1. Docente e investigadora Grupo HISULA, UPTC y Licenciatura en Psicopedagogía UPTC y Doctorado en Ciencias de la Educación, línea Universidad y Nación: Formación de educadores e interculturalidad. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. UPTC, Tunja, Colombia. claudiafig2@hotmail.com
2. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. UPTC, Tunja, Colombia. Escuela Ciencias Sociales. Correo e: dianaayala70@gmail.com
3. Sin embargo, sólo las escuelas normales de Antioquia y Bolívar se encontraban debidamente dotadas de esta infraestructura.